viernes, mayo 30, 2014

Cultura de la velocidad

Los cambios culturales en la sociedad globalizada



Por primera vez en la historia el ser humano usa la tecnología para producir información y conocimiento. Las tecnologías no producen solamente mercancías, servicios y productos perecederos sino que se emplean también para colaborar en la producción de conocimiento y liberan, en principio,  tiempo para el ejercicio de la reflexión y de la sabiduría. La tecnología no se aplica solamente para producir otras cosas distintas del conocimiento sino que también se aplica para “producir” más conocimiento.

Hemos pasado, en este sentido,  de una sociedad activa, en la que el conocimiento y las tecnologías sólo servían para actuar hacia afuera, para hacer productos “materiales”, a una sociedad reflexiva en la que el conocimiento y las tecnologías actúan sobre el propio conocimiento y producen también productos con características “inmateriales”. Esto no ha ocurrido nunca tan radicalmente como está sucediendo hoy. 

La humanidad, al disponer por primera vez en la historia de tecnología que produce tecnología y de tecnología que ayuda a producir conocimiento, acelera de forma sorprendente los cambios y el ritmo de la vida, y modifica profundamente nuestra relación con el mundo en su doble vertiente macro y micro. Sin los ordenadores no hubiéramos tenido tiempo suficiente para conocer y navegar por el macroespacio de las galaxias  ni tampoco hubiéramos podido descifrar el microespacio del código genético.
Figura 2.10 La sociedad actual posibilita nuevas preguntas que exigen nuevas respuestas. Fuente: María Olmedo
La sociedad actual posibilita nuevas preguntas que exigen nuevas respuestas.Fuente: María Olmedo
La rapidez con la que el conocimiento se transforma en tecnología cotidiana no sólo está transformando muchos hábitos y costumbres de la vida humana (la forma de aprender y enseñar,  la forma de jugar, la forma de comprar, la forma de vivir en los hogares, la forma de sentir y de convivir en las ciudades) sino que está posibilitando nuevas preguntas que necesitan nuevas respuestas y nuevos aprendizajes.
  Ampliación: Algunos indicadores de la cultura de la velocidad
  1. Cualquiera de nuestros ordenadores personales es capaz de realizar en segundos una cantidad de operaciones matemáticas superior a la que el ser humano podría realizar durante todo el tiempo de su vida.
  2. El transistor de un ordenador de los años cincuenta  podía costar un dólar. En 1996 el mismo transistor costaba una millonésima parte del dólar. Es decir que la proporción de coste entre 1955 y 1996 era de uno a un millón.
  3. Se necesitaron 38 años para que la radio llegase a 50 millones de personas y 13 años para que la televisión hiciera otro tanto. Pero el mismo número de personas se incorporó a Internet en sólo cuatro años. En 1993 había 50 páginas en la Red Mundial; hoy día hay más de 50 millones. En 1998 utilizaron la Internet sólo 143 millones de personas; en el año 2006, el número de usuarios era superior a mil millones. Internet ya tiene una gama de aplicaciones mucho más amplia que cualquier otro instrumento de comunicación de la historia.
  4. En 1950 se acababa de construir la primera computadora del mundo; ocupaba una amplia habitación, estaba dotada de 18.000 tubos electrónicos y medio millón de juntas de soldadura, y para cada nueva tarea había que reconfigurar el sistema de cables. Desde los años setenta, los ordenadores han multiplicado diez millones de veces la capacidad de su memoria. Los microprocesadores de los años setenta tenían diez circuitos lógicos y en la actualidad tienen más de un millón, su capacidad se ha multiplicado por cien mil.
  5. Una sola fibra óptica podía transmitir en 1988, tres mil conversaciones simultáneas y en el año 2000 diez millones.
  6. El volumen de publicaciones científicas y técnicas del año 1986 superó la producción científica desde los orígenes hasta la II Guerra Mundial. (Cebrián  (1998, p. 151).   

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